jueves, 11 de diciembre de 2008

La verdadera historia...!!!

Las sociedades que habitaron el actual Ecuador en el período preinca poseyeron formas organizativas sociales, económicas y culturales complejas y diversas producto de su particular desarrollo histórico. Documentos tempranos del siglo XVI han dejado un listado de nombres que responden a un inventario confuso de los grupos existentes antes de la conquista española; sin embargo, investigaciones recientes muestran que tal listado no identifica con exactitud a cada grupo étnico.

Así, pues, antes de intentar una caracterización específica de cada uno, es más apropiado analizar en forma globalizada la economía, las formas organizativas sociales y políticas y los sistemas religiosos que caracterizaron a los grupos éticos que se desarrollaron durante esta etapa.

Se conoce que estos grupos se estructuraron bajo dos sistemas de organización política: el curacazgo o cacicazgo, también denominados señoríos étnicos de nivel local o supra local, y la tribu. Entre los curacazgos algunos poseyeron una enorme complejidad organizativa lo que ha llevado a que algunos investigadores, erróneamente, los hayan considerado como formas tempranas de Estado, como fue caracterizado el mítico "Reino de Quito".

Estos curacazgos se desarrollaron a lo largo de toda la región de la sierra; en buena parte del litoral, de manera preferente en la cuenca del río Guayas y las costas de Manabí, y probablemente en la ceja de montaña de la Amazonía. La formas tribales se desarrollaron en las zonas bajas y húmedas del litoral y de la Amazonía.

El Reino de Quito y nuestra verdadera historia

Enrique Ayala Mora

La historia antigua
Cuenta el P. Juan de Velasco en la Historia del Reino de Quito, que su territorio estuvo originariamente poblado por gran cantidad de estados o pequeños reinos, desde la actual Pasto hasta lo que hoy es Loja. Uno de ellos, el que llama "primitivo Reino de Quito", ubicado en la actual provincia de Pichincha, hacia el año 980 fue conquistado por los caras, un pueblo venido de la costa. Los caras, que tomaron su nombre del de su líder llamado Carán, habían llegado a la costa años antes y habían ascendido a la altura, atraídos por las ventajas del clima interandino.

Luego de establecerse en Quito, los caras iniciaron una activa política de expansión hacia los pueblos circundantes. Bajo la conducción de los sucesos de Carán, a quienes se llamaba scyris o reyes, extendieron su dominio hasta el Carchi en el norte y hasta Cotopaxi en el sur. Fueron detenidos por la resistencia de los aguerridos puruhaes. Conformaron así un gran estado cuya capital fue Quito, ubicada en el mismo lugar de la actual capital ecuatoriana. Eran gobernados con régimen monárquico, adoraban al sol y a la luna, enterraban a sus muertos en montículos o "tolas", tenían un rudimentario sistema de cuentas, eran buenos tejedores y curtidores de pieles.

Hacia el año 1300 se extinguió la línea masculina de los scyris. Fue así como el scyri XI arregló el matrimonio de su hija Toa con Duchicela, el primogénito de Condorazo, soberano puruhá. Con la unión se extendió el reino de los scyris, que lograron ampliarlo aún más mediante alianzas con los cañaris, un importante estado del sur y con varios pueblos de la costa. Luego del reina de Atauchi Scyri XIII, gobernó su hijo Hualcopo Scyri XIV, que enfrentó la invasión de los incas liderados por Tupac Yupanqui. Luego de negociar la incorporación de los cañaris al imperio avanzó a tierras puruhaes y las ocupó luego de vencer a las fuerzas scyris, dirigidas por el general Eplicachima. Luego de estos éxitos volvió al Cuzco.

El scyri murió poco después y le sucedió su hijo Cacha, que emprendió la reconquista de las tierras tomadas por Tupac Yupanqui. El hijo y sucesor del soberano inca, Huayna Capac, volvió entonces al norte y luego de consolidar algunas conquistas en la Costa, venció a los ejércitos quiteños dirigidos por el propio Cacha y por Calicichima. La última gran batalla se dio en Atuntaqui, en tierras imbayas. Allí murió el rey y su hija Paccha fue proclamada scyris. Un intento ulterior de resistencia de los caranquis terminó en una masacre ordenada por el Inca. Fueron tantos los muertos que la laguna donde fueron arrojados los cadáveres se llamó por ello Yahuarcocha (lago de sangre). Huayna Capac optó entonces por una política de conciliación y se casó en Paccha. De este modo incorporó a la realeza scyri en la familia real inca. De la unión nació Atahualpa, que cuando murió el inca, heredo el Reino de Quito y se enfrentó con su hermano Huascar, proclamado heredero en el Cuzco. Atahualpa venció en el enfrentamiento y terminó como el emperador que afrontó la conquista española.

La polémica
El Padre Velasco fue un jesuita nacido en Riobamba que, luego de una amplia labor en la Real Audiencia de Quito, fue expulsado junto con los demás miembros de la orden en 1767 por disposición del Rey de España. Refugiados en Italia escribió allí su Historia y la terminó en 1789, pero no fue editada sino en 1846, cuando el Ecuador ya era un país independiente. La aparición de la obra fue vista como un soporte del naciente país y su versión sobre el Reino de Quito se incorporó sin discusiones a los escritos oficiales hasta fines del siglo. Cuando Federico González Suárez, nuestro más grande historiados escribió su obra, tuvo ya algunos reparos a la versión de Velasco sobre el Reino de Quito, pero fue su discípulo, Jacinto Jijón y Caamaño quien la cuestionó duramente. A él se juntó el español Jiménez de la Espada. Se inició así una larga polémica.

Los críticos argumentaban que Velasco escribió su obra de memoria, con muy poca base documental disponible, que su entusiasmo por destacar la existencia del Quito que el vivió, le había llevado a imaginar un "Reino"; que ningún otro historiados o cronista se refiere a él. La evidencia arqueológica es contundente. No hay rastros de los scyris en las excavaciones realizadas. La propia ciudad de Quito anterior a los incas no existió como tal. Apenas hay poblados muy pequeños, que no podrían haber sido el centro de un gran estado.

Investigaciones de los últimos años descubren señoríos étnicos de gran desarrollo en importancia en el actual territorio ecuatoriano, pero no un estado de alguna manera similar al inca, como lo describe Velasco.

Los defensores de la existencia del Reino de Quito dicen que otras evidencias documentales fueron destruidas; que posiblemente se trataba de una confederación permanente, no de un estado estructurado. Dicen también, que todavía falta mucho por investigar en la Arqueología. Se argumenta con gran fuerza que la versión de Velasco sobre el tema nos da una base para el reclamo territorial ante el Perú, puesto que prueba que nuestro país existía ya antes de la invasión inca. Muchas veces la polémica ha llegado a acusar al jesuita riobambeño del falsario o a sus cuestionadores de antipatriotas.

A estas alturas de la investigación histórica nos permite establecer que un "Reino", como lo describe el P. Velasco no pudo existir. Los señoríos étnicos del norte andino fueron muy importantes y se aliaron para resistir la invasión inca, pero fueron distintos al estado que Velasco describe y sus centros urbanos no estaban en Quito. No hay ninguna base para pensar como históricos a los scyris o la dinastía Duchicela. Aún más, aunque hubiera existido, esa no puede ser considerada como base de la "nación quiteña" y de la nacionalidad ecuatoriana. El Reino de Quito, según el propio Velasco, abarcó la sierra centro norte. No incluyó en realidad ni a los cañaris ni a los pueblos de la costa, que tuvieron su identidad propia. El Ecuador como Estado ­ Nación es más que Quito y su espacio de influencia, ya que está integrado también por otros espacios regionales que tiene su propia historia.
Una visión positiva

Juan de Velasco fue un criollo lúcido que escribió su obra para destacar que el "Reino de Quito" del siglo XVIII, su país, tenía grandes recursos naturales, raíces y personalidad histórica, como otros del Nuevo y el Viejo Continente. La Historia fue una de las expresiones más importantes de la identidad que se iba consolidando en la Hispanoamérica de su tiempo. Entonces Quito se definía como una entidad política y cultural y fue el eje más importante del ulterior proyecto nacional ecuatoriana. Pero no fue el único, ni territorial ni culturalmente. La Historia de Velasco tiene, en consecuencia, todas las fortalezas y debilidades de una visión centrada en Quito de una realidad más amplia que luego se concretaría en la vida del Ecuador como Estado Nacional.

El debate planteado no debe hacernos perder de vista el inmenso mérito de Velasco al historiar nuestro pasado, al indagar en su evolución y sus protagonistas. Su obra es un aporte muy amplio al conocimiento del país y de Hispanoamérica que trata de muchos temas de calidad no discutida, aparte de su visión del Reino de Quito preincásico. No se debe perpetuar el error de juzgar una obra rica y amplia por la falta de base empírica de una de sus partes. Por lo demás, tratar de insistir en que se debe mantener incuestionada la versión de Velasco sobre este punto, solo demuestra que no se ha apreciado en sus reales dimensiones el valor histórico de los grandes avances de los pueblos del norte andino en el desarrollo de la agricultura y el comercio, así como en la constitución de señoríos étnicos con características políticas muy avanzadas.

Y en cuanto la versión concreta sobre la naturaleza del Reino de Quito, sus gobernantes y sus guerras, que el P. Velasco narra con tanto entusiasmo, tenemos que valorizarla por la calidad literaria y su contenido mitológico. Allí hay hermosas narraciones que deben ser leídas como leyendas que alimentan el imaginario nacional. La leyenda de Rómulo y Remo para los romanos, como la del Rey Arturo para los ingleses, no se valoran por su precisión histórica, sino porque contiene un mensaje de identidad. La Historia de Juan de Velasco es una de las obras claves del Ecuador, no solo porque fue el primer intento de historiar su pasado, sino también porque con ello puso una de las bases de nuestra identidad como estado ­ nación.


Pag web:
http://www.dlh.lahora.com.ec/paginas/historia/historia2c.htm

3 comentarios:

CoQuE dijo...

Bien George, me parece realmente buena tu investigación y tu aporte acerca del cómo es nuestra historia; o mejor dicho los comienzos de cómo se empezó a hacer historia en nuestro país. Déjame decirte que es un trabajo que no sólo aporta a la clase sino también anuestra forma de revisar nuestra historia y nuestra cultura.

CaRoLiNa dijo...

Estas tu de acuerdo con los criticos de Juan de Velasco, que dijeron que habia escrito su obra "de memoria" con muy poca base argumental?

emely dijo...

Es interesante la investigación que has realizado, ya que a complementado el tema de clase....una pregunta ¿Crees tú que nuestros pueblos hubieran alcanzado un an¡vance superior al de los Incas sin ser conquistados?